sábado, 20 de noviembre de 2010

Violeta Jiménez en Macgregoradas


 

Fue allá por mayo, leyendo el blog de Anabel Botella, fui a dar de bruces con un post  la mar de sugerente. Nos hablaba de un nuevo libro, Entre sueños, escrito por Ángeles Ibirika, y tres cosas hicieron que me levantara de la mesa, y saliera en pos de una librería buscando el libro: la opinión de Anabel (solemos tener gustos parecidos), la sinopsis del libro, y la madrina que tenía la novela, Nieves Hidalgo.

Lo compré ese día, y no tardé mucho en empezarlo y bebérmelo. Hice una reseña para compartirlo con el blog McGregoradas, pero tras el cierre de este, me quedé sin lugar para colgarlo. Ha pasado cierto tiempo de aquello, y puesto que tengo un nuevo rinconcito para compartir reseñas, os vengo a hablar de este libro.

Leo demasiado, y cuando todo va bien por casa, por el trabajo y la salud, suelo hacerlo demasiado rápido, con lo que novelas sin mucha sustancia, quedan relegadas en mi memoria, sin recordar apenas algún triste dato. Pero si algo de la novela llega a sorprenderme, me impacta de alguna manera, no se me borra, ya echaran agua hirviendo.

Este es el caso de Entre sueños. A pesar de los meses pasados, aun me queda ese sentimiento que me dejó tras leer la novela: un gusto dulce, emotivo y tierno.

Me pareció una historia preciosa, llena de ternura; un ejemplo de superación personal con un entorno idílico. Mientras iba leyendo, iba enamorándome del entorno donde transcurre la novela. Ángeles es capaz de dibujarte con palabras, cada árbol, pradera, hoja o tormenta, pero sin resultar pesada ni cortar la trama de los personajes.
Conozco esos lugares que nos describe Ángeles, y este verano he vuelto por allí, a reencontrarme con tantas maravillas de paisajes, y no pude evitar acordarme de Jon, de Beatriz y su historia.

No solo tiene una sensibilidad especial al narrar el entorno, sino también con los personajes, les ha dotado de vida. Son especiales puesto que parecen reales, cercanos, únicos…  Desde el principio te hacen vibrar, puesto que los sentimientos pugnan por salir de las páginas. Vemos el dolor de Beatriz, el desagrado de Jon, el miedo que sufren los dos en dos ámbitos distintos…

Es una lectura suave, me explico: no es enrevesada, no tiene una trama liosa, ni hay angustias (más que la emocional), ni tensión, ni nada que crispe al lector.; solo encontramos ternura, dulzura, romanticismo y pasión  La única tensión que tenemos es la sexual entre nuestros dos personajes, una tensión que no nos deja respirar y que más de una vez nos incita a querer entrar en la historia, darle un par de collejas a los dos, o robarle Jon a Beatriz.

Ángeles nos adentra en un mundo rural donde las personas trabajan mano a mano con los animales, mostrándonos el trabajo tan duro que tenían o tienen, el horario extremo al que se ven sometidos, los problemas a los que se enfrentan… pero también los pequeños placeres diarios que obtienen.

Se disfruta no solo de la historia, sino también del paisaje, los pueblos, las tradiciones rurales, las explicaciones de Jon sobre cómo manejar una granja…

Entre sueños es una pequeña joya literaria que te traslada a un lugar mágico y te hace partícipe de una historia de amor maravillosa. Quién pudiera ser la protagonista de una historia como esta, con un Jon como ese. (suspiro).